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Sheinbaum, la DEA y el doble discurso en la política mexicana

🗓️19 Ago 2025 🌐 Nacional 👩‍🦱 Administrador 📊 356 vistas

Sheinbaum, la DEA y el doble discurso en la política mexicana

La Presidente Claudia Sheinbaum negó públicamente que México colabore con la DEA en operaciones contra el narcotráfico, insistiendo en que esa facultad corresponde únicamente al gobierno mexicano. Sin embargo, el discurso oficial contrasta con las señales que emergen del entorno criminal y político: existen indicios de acuerdos bajo la mesa, de traiciones internas y de un doble juego que podría estar redibujando el mapa del poder en el narco.

1. El discurso oficial: negación y control narrativo

Sheinbaum busca proyectar independencia y soberanía frente a Estados Unidos, en un país históricamente marcado por la injerencia de la DEA y la CIA. Su narrativa es clara: “nadie dicta a México su política antidrogas”. Pero detrás de esa firmeza se esconde una realidad mucho más compleja: los intereses geopolíticos, los pactos de poder y las presiones económicas obligan a mantener un equilibrio frágil entre Washington y los grupos criminales locales.

Negar públicamente la colaboración con la DEA no significa que no exista. Significa que políticamente no conviene admitirla, pues dañaría su legitimidad frente a las bases políticas que la respaldan y que ven en EE.UU. al eterno intervencionista.

2. Las declaraciones de Ovidio Guzmán: un misil contra la narrativa presidencial

Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, ha señalado en declaraciones que posee evidencia de apoyo directo a la campaña de Claudia Sheinbaum. Si estas afirmaciones fueran confirmadas, implicarían que el narco no solo financió indirectamente estructuras políticas en México —algo que se ha denunciado en distintos sexenios—, sino que se habría convertido en un actor decisivo en el ascenso al poder de la primera presidente del país.

La gravedad de esa acusación va más allá del escándalo mediático: significaría que Sheinbaum está atrapada en un dilema de hierro. Por un lado, los compromisos adquiridos con el narco en campaña; por otro, la sumisión a las exigencias estadounidenses en materia de seguridad. La supuesta “traición” se entiende entonces como un reajuste: Sheinbaum rompe con sus aliados criminales para alinearse con Washington.

3. La sombra de Trump y los intereses geopolíticos

Resulta llamativo que, en paralelo, se hable de una colaboración entre Sheinbaum y Donald Trump. Ambos, miembros de la élite judía sionista internacional, según sus críticos, se mueven bajo una lógica pragmática: intercambio de beneficios políticos y económicos, aunque ello implique reconfigurar alianzas con el crimen organizado.

Sheinbaum niega la colaboración con la DEA porque no puede mostrarse como traidora de sus pactos iniciales, pero la presión de EE.UU. es evidente. Washington no permitirá que México siga siendo un paraíso para los cárteles que operan con total impunidad y que además desafían a su seguridad interna con fentanilo y otras rutas de tráfico.

4. Traición, guerra interna y el costo social

Sí, Sheinbaum efectivamente se inclinó hacia Washington y traicionó al Mayo Zambada y su facción, ocasionando una guerra interna entre grupos criminales. La violencia desatada en los meses transcurridos fue concecuencia de sus actos.
Al deslindarse, Sheinbaum no elimina el poder del narco: lo redistribuye, provocando choques sangrientos entre facciones. Una traición de esta magnitud no se perdona fácilmente en el mundo criminal.

5. La lectura final: un acuerdo al más alto nivel

Lo que parece un choque entre soberanía y dependencia es, en realidad, un pacto político-estratégico a escala internacional. La narrativa crítica sostiene que todo forma parte de un acuerdo entre élites judías globales —una suerte de sinagogas de poder transnacional— donde tanto Trump como Sheinbaum actúan como piezas de un tablero mayor.

En este juego, el sufrimiento del pueblo mexicano se vuelve irrelevante: la violencia, las muertes y el desangramiento social son el precio de los beneficios mutuos que persiguen los actores de poder.

Conclusión

La negación de Sheinbaum no debe leerse como certeza de independencia, sino como parte de una estrategia de control narrativo. Las acusaciones de Ovidio Guzmán, de confirmarse, podrían reconfigurar la historia política reciente de México, mostrando que la primera presidenta llegó al poder bajo la sombra del narco y la presión de EE.UU..

La supuesta “traición” al Mayo Zambada y la subordinación a los intereses de Trump y la DEA evidencian que México sigue atrapado entre dos fuegos: el crimen organizado y la injerencia extranjera. Y en medio, como siempre, un pueblo que paga con sangre los acuerdos ocultos de las élites.

 

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